Uno de nuestros clientes de la industria alimentaria quería cerciorarse de que las denominaciones usadas para las materias primas fueran siempre traducidas consistentemente, también de cara al futuro. Lo cual había sido un problema en numerosas ocasiones, debido a los diferentes departamentos de la empresa. Cuando se tienen diferentes personas de contacto, a menudo se utilizan términos que difieren o discrepan unos de otros. El uso de terminología uniforme es de gran importancia para cualquier empresa, especialmente en cuanto a identidad corporativa, sin mencionar ya en términos de eficacia.
El desafío para nuestra gestora de proyectos, Maria Norgren, residía en el hecho de que las traducciones debían ser siempre consistentes, sin importar qué departamento las encargara o qué traductor las hiciera. Y esto debía mantenerse así a lo largo de los años hasta hoy.
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